viernes, 29 de diciembre de 2017

El último vistazo al 2017 y ¡hola! al 2018

En apenas unos días el 2017 nos abandonará para dar la bienvenida al nuevo año y aquí estoy yo repasando las fotos que he subido a lo largo del año, aquellas en las que me han etiquetado, leyendo posts antiguos y entradas... para no dejarme un solo detalle pero mucho me temo que algo se quedará en el camino.

Empecé el año con reseñas que me iban llegando sobre la historia que publiqué la navidad anterior: "No sé por qué te quiero", la segunda historia de la serie "Las Tres Marías". Esta fue una novela que fui viviendo al mismo tiempo que los lectores vía Wattpad y fue una experiencia bastante bonita.


Después hubo meses de subidas y bajadas en varios aspectos, comencé a tocar el piano que siempre ha sido uno de mis sueños y por el que sigo luchando pues por alguna razón la música no es lo mío por mucho que me empeñe. Pero también ha sido un año algo extraño porque ha habido momentos de respiro y de dejar de escribir durante temporadas. Me costó mucho comprender que no pasaba nada por las largas ausencias en las que no venía la inspiración, que no importaba si publicaba un libro más o menos, que tenía que relajarme, respirar, observar, disfrutar y cuando las ganas volviesen y me sintiera de nuevo con energías, allí estaría, porque escribir es una de las cosas que más me gusta y me ayuda en ocasiones pero nunca debe ser una obligación. Este fue uno de los errores que cometí, forzarme a escribir algo cada día. Llegaba cansada del trabajo y me obligaba con una disciplina férrea a hacerlo. Resultado:la nada absoluta y una incomodidad latente al tener que escribir. Finalmente al aceptar todo esto, centré mis prioridades, me dediqué a otras actividades, me dediqué a mí misma, a mi gente, a leer lo que quisiera cuando me apeteciera, a no frustrarme, a sentirme bien otra vez.


Y tras mucho divagar, tras rechazar a seis editoriales que quisieron esta historia (que en principio será una serie de libros), me lancé de nuevo a algo que me encanta: la autopublicación. Pero como digo no fue porque no podía hacer otra cosa, pues puedo decir bien alto y sentirme orgullosa de que mucha gente se interesara por la novela. Sin embargo, tenemos que tomar decisiones y plantearnos qué estamos buscando, adónde queremos llevarles y qué esperamos de su publicación. Por ello volví a autopublicar y la acogida fue brutal. El mes de julio fue en parte agotador a nivel profesional pero muy, muy, muy satisfactorio por otro lado. 

Con todo esto puedo decir que ha sido un buen año a todos los niveles. He crecido, he reflexionado, me he llevado decepciones, he conocido a gente extraordinaria, he llorado, he reído, me he sentido triste pero también acompañada... Aunque si tuviera que elegir una sola palabra que definiera este 2017 sería esta: APRENDIZAJE. Puedo atribuírsela a todos los niveles de mi vida y encajaría a la perfección en cada uno de ellos.

¿Y ahora qué?

Ahora llega un nuevo año con nuevos proyectos y nuevas experiencias que estoy deseando contaros. La primera de ellas es el último libro de "Las Tres Marías". Con Alba comencé este camino y Elena fue la segunda en hacer acto de presencia. Este 2018 es el año de Olivia y de su historia. Sé que hay expectativas sobre su novela pero permitirme que me tape los oídos y los ojos, y me deje llevar por lo que ella tenga que contarme. Espero que aún así sea una historia que os guste tanto como las de sus amigas. 


La otra novedad es la publicación de mi querida bailarina, esa novela de la que os fui hablando poco a poco a través de mis redes sociales y que en este caso ha encontrado un hogar: La selección RNR. Una novela que saldrá por el mes de abril en formato digital, una historia muy, muy romántica, bucólica en alguna ocasión, con mucho ballet, mucho "Lago de los cisnes" y sobre todo un amor muy puro e intenso. A lo largo de los próximos meses iré contándoos más cosas sobre ellos, sobre Aleksei y Katerina.



Y ya sabéis como son las musas de caprichosas que vienen y van. Llevo varios meses con una nueva historia, con Diego y Bea que llegan, se quedan un tiempo y se vuelven a ir. Y no me preocupa, no tengo prisa, no quiero correr, no quiero volver a sentir esa frustración y esa presión. Estoy segura que a lo largo del año que entra vendrán muchos días a estar a mi lado, a susurrarme su vida, a hacerme partícipe de lo que les duele y les hace sentir vivos. 


Con todo esto quiero agradecer de nuevo el apoyo que me brindáis y que lleváis brindándome desde el primer día. Gracias de todo corazón porque sin vosotros Scarlett no existiría. ¡Feliz año 2018!

sábado, 9 de diciembre de 2017

Nuevos comienzos

Sábado de un puente festivo, de esos en los que el pijama es el único atuendo que va con tu estado de ánimo. Finales de trimestre para una profesora significa estar agotada y llegar arrastrada al inicio de las fiestas navideñas. Por eso este pequeño descanso en este ajetreado mes es un regalo. Necesitaba descansar, leer mucho, volver a tocar el piano que he descubierto es una terapia fabulosa que me relaja, y sobre todo, regresar a las otras teclas, a las del ordenador.


Hace casi un par de meses que no me pasaba por aquí y aunque no sea muy asidua a pasarme por el blog, de vez en cuando me gusta escribir sobre lo que se me pasa por la mente o para hablaros de personajes, historias, opiniones... y hoy quiero hablar de los nuevos comienzos. No sé muy bien por qué, aunque tampoco le busco una explicación lógica, pues muchas veces esto que hacemos poco tiene que ver con la razón. Hace unos días comuniqué que aquella novela de ballet que tantos meses me llevó crear encontró su hogar donde espero que sean felices y os haga emocionaros y recordarlos con una sonrisa al acabar su historia. Es la séptima novela que escribo. Da un poco de vértigo decir el número. En casi tres años he recorrido diferentes lugares, he conocido a personajes especiales, distintos, con sus miedos, sus inseguridades, sus fortalezas, su arrojo en la vida... y con todos ellos la escritora ha crecido, ha aprendido, evolucionando, cometiendo errores pero sobre todo disfrutando del camino.


Ha habido momentos de bajón, de tensión, de dudar, de plantearte muchas cosas, hasta que llegas a ese momento en el que las cosas se calman y vuelven a su sitio. Esta mañana hablando con una compañera me daba cuenta una vez más del objetivo de todo esto: escribir lo que me apetece. Algunas veces se difumina el propósito de todo esto y nos confundimos tomando un camino que no nos hace felices e incluso nos hacer sentirnos mal. En este tiempo he aprendido que el único camino posible es el de escribir aquello que quiera plasmar en una hoja, escribir para uno mismo.



Por todo esto llega ese nuevo comienzo, ese renacer. Hace relativamente poco estaba agotada e incluso había perdido la ilusión, como si hubiese perdido un poco el norte en este camino. El tiempo es necesario y curativo en esas situaciones.Y cuando llega el momento lo sabes, hoy lo sé. De nuevo he vuelto a retomar la escritura, a hacerlo porque me sienta bien, me relaja, me calma. Atrás dejo historias que tuvieron su momento, que han sido disfrutadas y que siempre permanecerán en mi corazón por un motivo u otro. Vamos allá con los nuevos comienzos, las nuevas historias, los nuevos personajes, los lugares, las sensaciones... a sentir la magia donde todo comienza.







domingo, 15 de octubre de 2017

Y volver, volver...

Llevo tiempo sin actualizar el blog y hoy ha sido el día en el que por fin he dicho "llegó el momento". Y con eso de que ha llegado el momento me refiero a hablar de varias cosas.  En primer lugar, y a pesar de sonar repetitiva y cansina, quiero dar de nuevo las gracias a las personas que desde la entrada a finales de mayo donde hablaba de tomar un descanso, han seguido interesándose por mí a través de mis redes sociales. Gracias a toda esa gente bonita por esta siempre ahí.

Finales de mayo... casi marea contar los meses que han pasado desde entonces. Muchas cosas han sucedido en este tiempo, sobre todo a nivel personal. En esos meses me alejé bastante de la escritura, algún día aislado encontré las ganas de ponerme de nuevo a teclear algo, pero nada convincente. Hablando con amigas escritoras comprendían cómo me sentía, pues la mayoría de nosotros necesitamos ese descanso, ese respirar para retomar  fuerzas y priorizar otro tipo de necesidades que llenan nuestra vida. De hecho estoy incluso a favor de parar, descansar, airearse y regresar con mucha más energía. El trabajo tampoco fue algo liviano y el tiempo se limitaba bastante. Hace unos días acudí a un café literario que tenía lugar en Córdoba y allí hablé de esa necesidad. Os dejo aquí el link de la crónica que hizo una de las organizadoras: https://persiguiendoycreandosuenos.blogspot.com.es/2017/10/cronica-xiii-cafe-literario-by.html


En este tiempo acabé la corrección de la historia de los bailarines que en estos momentos está en manos de las lectoras cero, reposando antes de ver la luz. Como ya comenté en el pasado mes de mayo voy a contaros algunas cosas sobre este proyecto. Es una historia que ha tardado más de un año en cerrarse, desde que la empecé. De hecho nada tiene que ver con aquella primera escaleta que hice en aquel frío mes de enero. Ha evolucionado mucho, la historia de los personajes ha variado tanto que no se parecen en nada a los originales. Es una novela a la que le tengo un cariño especial por los lugares en los que se ambienta, por ser esa historia un poco cuento de hadas, romántica como el propio ballet que la inunda en cada página...



Y así, de la nada, un día de nuevo volvieron las fuerzas, las ganas de contar cosas, volver a pequeños retazos de documentos de Word que esperan pacientemente. Seguro que habrá escritores de acuerdo conmigo en que hay días en los que la inspiración te abandona, días en los que apenas consigues escribir media hoja, días en los que las musas juegan contigo. Por suerte hay otros en los que las palabras fluyen sin descanso. De nuevo he vuelto a encontrarme con esa sensación, en la que desearías que el tiempo no corriese y tuvieras que ir a trabajar o a comer simplemente. Días de pensar en los proyectos abiertos y tras reflexionar mucho, decides que mande el corazón, dejarte llevar por él para lanzarte (deseando que la red aparezca) a esa historia que lleva meses dando vueltas. Sé que habrá momentos de desesperación cuando la musa juegue conmigo y me abandone dándome el espacio necesario para tejer los hilos de esta nueva historia romántica contemporánea. Pero también sé que habrá otros en los que me pierda en su locura, en los que me deje la piel en cada sentimiento, emocionándome, riéndome, enfadándome... pero sobre todo feliz de encontrarme de nuevo al cien por cien, al sentir que de nuevo las palabras vuelan a la velocidad que los dedos me permiten, orgullosa de lo poco a poco que se va creando, volando y, en especial, regresando a casa. Y volver, volver...





viernes, 21 de julio de 2017

Los Sweety Iron



Diecisiete días después puedo hacer esta entrada que llevaba tiempo guardada. Ahora que ya salieron a la luz, que ya los estáis conociendo, es el momento oportuno para hablaros de cada uno de ellos, de los Sweety Iron, ese grupo de rock en su tiempo libre. Primero de todo defiendo la postura de aquella gente que prefiere tener su propia imagen del protagonista y la respeto, pero a mí me encanta ponerles cara en el proceso por lo que estos chicos de la izquierda son ellos.

En "Persiguiendo un imposible" conocemos la historia de Keanu Williams, ese chico que no deja de ser el típico malote pero que en el fondo no deja de ser producto de una vida difícil. Y sí, es tierno a la vez, es dulce, es ese chico de ensueño que todas queremos en el fondo... (aquí queda claro que le quiero).  Keanu es mecánico en el taller de Lou, que es ese hombre que ayuda a una generación de chicos problemáticos con la buenísima intención de ayudarles a salir adelante. Y a pesar de todo el dolor, el sufrimiento, los obstáculos... consigue salir a flote. No voy a extenderme más sobre él para no hacer spoilers pero los que ya lo habéis leído me entenderéis perfectamente en este punto (#teamKeanu).


                                                           
                                                                          KEANU

El segundo de los chicos de los que quiero hablaros es Ryan, el verdadero motivo por el que April acude a vivir con él y su tía Anita. Y Ryan es... pues Ryan es Ryan. Más joven que su prima, en el libro de Keanu es una persona confusa, furiosa, consumida por el dolor... pero agradezco que no se vea solamente esa parte de él, si no que voy recibiendo comentarios sobre Ryan en los que me dicen que se han enamorado de él y que se merece su propia historia (de eso hablaré al final). Pero no es mala persona ni tóxica ni hace daño a propósito. ¿Cuántas veces no hemos actuado de manera irracional hiriendo a la gente que más queremos? ¿Cuántas veces no hemos tratado de pedir ayuda a gritos pero haciéndolo de manera incorrecta? Y ese es Ry, el que te roba el corazón a pesar de hacer las cosas fatal. A pesar de todo eso, su historia es también de las que te llegan muy hondo (#teamRy).

                                                       
                                                                         RYAN

El tercer chico es Dean. Si Keanu y Ryan son dos chicos capaces de hacernos perder la cabeza este tercero no se queda atrás. De hecho diría que es mi favorito.  A veces, y sin ningún motivo muy lógico, un personaje nos llega un poquito más al alma y en este caso es él. No sabría explicarlo, quizá por esa sonrisa eterna pícara que consigue ruborizar a cualquiera, por esa mirada que traspasa y consigue ver el interior de cualquiera o por todo lo que oculta... Su historia es de todas la más divertida sin duda y es que con Dean la diversión siempre está asegurada (#teamDean).


DEAN

Otro de los chicos es Sebastian, el que sería líder en el grupo donde los chicos se desahogan y donde se reúnen compartiendo esa afición que les unió un día. Este es el más descarado de todos, el que vive la vida simplemente sin preocuparse de qué vendrá mañana. Ese que muchos quisiéramos ser sin vivir preocupados por el futuro porque la vida es hoy, y mañana ya se verá qué sucede. Su historia es diferente a las otras pero también es de las que te deja la sonrisa al menos unos días (#teamSebastian).


                                                                SEBASTIAN

Y por último, Phil. El más mayor, el más serio de todos, el que apenas sonríe, el más melancólico, el más solitario de todos. La historia de Phil es de las más complicadas y difíciles pero al mismo tiempo creo que es de las más bonitas (#teamPhil).

     
                                                                            PHIL 

A lo largo de todo el post habréis visto que he ido hablando de cómo veo sus historias y os preguntaréis por qué he hecho eso. Pues bien, cuando comencé a escribir la novela de Keanu y April, sin darme cuenta el resto de personajes fueron cogiendo protagonismo, apareciendo cada vez con mas fuerza, ganándose un hueco en la novela.  Y aunque muchas me habéis preguntado si habrá historia del resto de chicos del grupo aún no puedo daros una respuesta segura. Si bien es cierto que tengo muy clara la historia de cada una y, de hecho todas, ellas están empezadas, no puedo asegurar que vaya a ser algo que vea la luz, ni pronto ni tarde. Aún estoy acabando una nueva novela y acabo de empezar otra que no tiene nada que ver con el #NewAdult. Lo que sí puedo aseguraros es que en algún momento las escribiré aunque sea para mí porque es un género que me ha fascinado escribirlo.

Y hasta aquí esta entrada. Espero que si aún no conocéis la historia de April y Keanu, pinchéis en el enlace de abajo y disfrutéis de una historia tan adecuada a este tiempo estival. ¡A disfrutar la lectura!



https://www.amazon.es/dp/B073QZLLJ2?tag=relinks2-21

domingo, 2 de julio de 2017

Bienvenidos a casa, April y Keanu

Mes de julio, empieza el verano para muchos, ese tiempo de relax, de playa, de encuentros con amigos, pero sobre todo, de descansar y disfrutar de todo aquello que nos gusta. Y para mí, este año es un mes de trabajo, de recibir a una nueva sobrina en la familia a la que estamos deseando de ver la carita, y la llegada de April y Keanu.

El mes de julio de 2017 lleva su nombre escrito, el de dos protagonistas con los que convivido más de un año y medio. Hemos pasado muchas horas juntos, han esperado pacientemente su turno (con más paciencia de la normal debo reconocer), y por fin tras meses de debate interno, han llegado para quedarse. Y aunque puede parecerle absurdo a alguien, me encuentro igual de nerviosa, temerosa, expectante, ansiosa, histérica… (son muchos los adjetivos que me definen estos días antes de sacar novela). No importa que sea la sexta novela porque sigo en el mismo estado que las primeras veces, incluso me atrevería a decir que aún más pues con la primera historia no era nada consciente de lo que supone publicar una novela.


Escribí un día sus primeras palabras y las lectoras cero que me ayudaron durante todo el proceso (paciencia infinita es lo que tienen), se enamoraron de Keanu y de April sin poder evitarlo. Porque no es solo la historia de April, de su viaje a un país que desconoce, de abandonar su seguridad y la familia que la ha protegido siempre; es también la complicada vida de Keanu, la que no ha sido sencilla, la de recibir golpes y sobreponerse a ello, pues es eso o dejarse morir.


Con esto no quiero dar la impresión de que es una novela dramática, dura, de esas que te encogen el corazón. Es una historia new adult con los miedos y las inseguridades de la edad, con las primeras veces en las que piensas las cosas mil veces antes de hacerlas, o te lanzas a lo loco sin ser consciente de qué estás haciendo, con unos paisajes de playas californianas donde luce el sol a diario, con ferias en el muelle iluminando la noche, y con mucha música de fondo. 

Y como dije hace un tiempo, a veces es demasiado el miedo, la presión, las expectativas, el miedo irracional... y es necesario tomarse un tiempo, descansar, disfrutar, vivir. En esto no me siento sola y he coincidido con otras autoras en estos mismos sentimientos para mi sorpresa, y ya se sabe "mal de muchos, consuelo de tontos". Por eso cuando vi que lo que me sucedía no era algo extraño ni especial me sentí un poco más aliviada. Ahora, después de ese tiempo de espera, regreso con muchas ganas y mucha fuerza para dejaros de nuevo un trocito de mí que espero y deseo recibáis con los brazos abiertos.

Una novela diferente, especial, inocente, fresca, musical, con sentimientos a flor de piel, intensa y dinámica. Eso ha sido para mí "Persiguiendo un imposible". Puede que no sea memorable, que algunos la lean y se olviden de ella al día siguiente pero si en ese ratito os hace disfrutar me doy por satisfecha. Emoción es lo que siempre busco como lectora, y si en algún momento alguien lee alguna de mis novelas y me dice que le "ha hecho sentir", creerme que en ese mismo instante subo al mismísimo cielo. No me enrollo más, solamente puedo deciros que en los próximos días estará a la venta. 

¡Bienvenidos a Ocean River!


domingo, 11 de junio de 2017

New adult

Pronto nueva historia, ¿y por qué? Pues por como he dicho por las redes sociales porque esta historia lleva mucho tiempo en espera. Tenía ganas de decir que "sí" a la pregunta: "¿volverás a publicar pronto?". He luchado por ella, he peleado para darles el lugar que creo que se merecen, aunque en el proceso he cometido errores. Recuerdo haber llorado mucho escribiéndola, repasándola y recibiendo respuestas. Me siento muy agradecida por los que han querido darle una oportunidad pero algo dentro de mí me decía que no era su momento. 

Justamente reflexionaba ayer sobre los días que he vivido estas últimas semanas, días han sido un sinfín de besos, de abrazos, de charlas, de reprimendas, de miradas reprobatorias y de apoyo, de consejos, de más abrazos, de los "cuenta conmigo"... Y he dudado, mucho, en compartirla o dejarla abandonada, pero he recordado cuánto disfruté escribiéndola, para mí, sin presiones ni expectativas, sin miedos, solamente dejándome llevar y divirtiéndome como nunca antes. 90.415 palabras con unos personajes diferentes, en un género que aún no había escrito, con el que he vuelto a ser aquella adolescente con inseguridades pero con la certeza de saber qué es lo que quiero. No dejo de escuchar en bucle las canciones que acompañan su historia desde Spotify, releyéndola sin parar, emocionada, expectante, con miedo también, y con muchísimas ganas de lanzar a Keanu y a April al mundo, deseando que paseéis por las calurosas playas californianas y os emocionéis (con suerte) con ese momento en la playa... 

Ojalá esta sea de nuevo una novela que queráis leer y acompañarme en este camino mientras hago equilibrios en la cuerda para no caerme. Pronto contaré más cositas de ellos, de Ocean River, de unos ojos azules, de Keanu... ay Keanu (¡cuánto me has hecho sufrir!) Pero por encima de todo confieso mi eterno agradecimiento, por recuperar las fuerzas, por inspirarme de nuevo, por ocupar aunque sea un pequeño huequito en vuestros hogares, por los ánimos, por poder abrir la puerta de nuevo... GRACIAS. En unos días os diré el título y espero poder enseñaros la portada y la sinopsis. Mientras tanto soñad con esta foto, si supierais todo el significado que entraña... ¡Pronto más información!



miércoles, 31 de mayo de 2017

Una retirada a tiempo

Escribir… según la RAE “representar las palabras o ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie”. Hace dos años y medio en mi vocabulario esta palabra se limitaba a redactar un informe de un alumno, a elaborar una ficha o a anotar las informaciones de las reuniones en un cuaderno. Nunca he sido una de esas autoras que llevaba años con historias en los cajones y cuadernos llenos de historias mágicas. Lo mío siempre fue algo más producto de la casualidad. Un día  comencé a leer novelas románticas hasta que un día creé la mía propia. Rechazada en un concurso no me di por vencida y tras pasar algunos filtros de personas que me ayudaron y alentaron a publicarla, la lancé en Amazon, con gran éxito para mi sorpresa.

A partir de ahí, la necesidad de escribir para mí, para sentirme bien y en paz fueron creciendo, pero no se quedó ahí la cosa y fui publicando historias que me inspiraban en el momento y que me apetecía mostrar. Todo el proceso de creación, de publicación, promoción, sorteos, concursos, entrevistas… ha sido siempre una experiencia bonita, enriquecedora, en la que he aprendido mucho y sigo haciéndolo día a día. Sin embargo también es agotador y si además cuentas con un trabajo que te exige mucho, puedes acabar exhausto. Así es como me encuentro desde hace un tiempo. Acabé el mes pasado la historia de ballet de la que os habéis ido haciendo eco poco a poco a través de mis redes sociales. Por desgracia a esa historia le queda mucho por pulirse, por ser lo más perfecta posible, ya que de otro modo no verá nunca la luz. No me conformo con la mediocridad pues los lectores no se merecen menos que aquello que roce la perfección. Por esta razón, porque el trabajo sigue demandándome demasiado tiempo y no me encuentro preparada ni física ni mentalmente para seguir, voy a alejarme un tiempo como escritora. Continuaré en la sombra, reescribiendo esa historia que espero un día pueda llegar a vuestras manos y podáis emocionaros con ellos y soñar con los lugares por los que pasean.


Espero y deseo poder deciros que pronto volveré a estar completamente activa, compartiendo novedades, hablando de esa historia new adult que me quema las manos, y hablaros abiertamente de Aleksei y Katerina. Por el momento, entorno la puerta hasta que las fuerzas regresen. Gracias a todos por el eterno apoyo y por ser chicas Butler. Nos leemos pronto. 


jueves, 30 de marzo de 2017

Vacaciones, musas y una antología muy chula

Por fin se acercan las vacaciones, esas con las que llevo soñando hace semanas. Cada vez que se acerca el final del trimestre, me levanto cada mañana arrastrándome literalmente. Lo peor de todo es que según vas tachando días en el calendario, cuesta más y más llegar al día oficial de vacaciones, incluso son días en los que estoy más distraída, desconcentrada y es que las baterías están completamente descargadas.


Si además le sumamos que la abstemia primaveral aparece, el agotamiento es infinito. Escaso tiempo, trabajo, trabajo y más trabajo que se acumula en estos días finales, burocracia que nunca acaba... y cuando tengo algo de tiempo libre es imposible mantener los ojos abiertos. Ni siquiera puedo leer un rato antes de irme a la cama. 


Soy persona inquieta en general en mi vida. Este mes que finaliza ha sido el mes en el que por fin me lancé a cumplir uno de mis sueños de infancia: aprender a tocar el piano. Si tenía poco, le añado una tarea más para complicarme más la existencia. A pesar de todo, el piano se está convirtiendo un poco en lo que la escritura significa para mí. Disfruto sentándome enfrente del teclado, practicando las canciones que la profe me enseña, cantando las notas... Lo que no pensé fue que precisamente cumplir este sueño me iba a quitar tiempo de seguir con el otro. Pero como se suele decir "sarna con gusto, no pica". 


Quizá por esta razón las musas se hayan mudado o a lo mejor se han enfadado al desplazarlas por el otro teclado, pues se han tomado ya el descanso. Hace tiempo que no aparecen pero tampoco es algo que me agobie ni me preocupe como solía ocurrirme al principio. No soy capaz de definirme de forma estricta, es decir, no puedo afirmar ya si soy una escritora de brújula o de mapa. Organizo una historia con mapa y me veo incapaz de seguirla, trabajo con brújula y también estoy perdida. Últimamente, a decir verdad, siento más que estoy inmersa en la locura, escribo según me encuentre en ese momento... Solía comenzar una historia, serle fiel y zanjarla.  Los bailarines me acompañan hace meses yendo y viniendo, la serie New Adult que empecé el año pasado de vez en cuando llama mi atención rogándome que continué con sus historias, y  en este tiempo en el que las musas han partido, he empezado otra novela que ni yo misma sé adónde irá, por lo que el caos está asegurado. 


Y para rematar me he embarcado en una propuesta maravillosa en la que no dudé ni un instante cuando mi compañera de letras, Laura Girón, me pidió ayuda. Puedo tener poco tiempo y estar exhausta, pero siempre que una causa benéfica como la que nos ocupa surge, me lanzo sin contemplaciones. He podido contactar con autores fantásticos que no han dudado en responder que sí a la iniciativa, y desgraciadamente otros muchos no han podido estar presentes en ella por motivos profesionales y personales. No obstante, quiero darles las gracias aún así por haberme contestado a la propuesta, pues la educación debe estar ante todo. Estamos deseando empezar a leer los relatos de todos esos escritores que de forma desinteresada han decidido participar. Y como dice la foto de abajo: "un libro, mil sentimientos". Después del verano reuniremos en un único libro millones de sentimientos que espero leáis con este mismo entusiasmo.

domingo, 12 de marzo de 2017

Tomar decisiones


Nunca he sido una persona que se caracterice por tomar decisiones de manera rápida e incluso que dichas decisiones sean las correctas. Siempre me ha costado adaptarme a los cambios, a veces he obrado por pura inconsciencia y el resultado no ha sido todo lo deseado que fue en un primer momento. De los errores también se aprende que suelen decir, así que no me malinterpretéis que no soy persona de lamentarse de lo que ha hecho en su vida. Hoy de nuevo estoy reflexionando (serán los domingos que me hace estar pensativa), y a pesar de siempre haber sabido qué hacer en esta ocasión me cuesta más hacerlo. Entonces pienso en ellos y el miedo me paraliza, como dije hace unos días vía Instagram, casi un año después estoy cerca de dejarles volar, de presentarlos "en sociedad" y permitir que otros se enamoren de su historia tanto como lo hice yo y sus lectoras cero. Cada vez más cerca de dar ese salto de fe, lanzarme esperando que la red aparezca y sea lo suficientemente fuerte para sujetarnos. Salir de la zona de comfort, arriesgando sin tener la certeza de ganar.


Lo que más me gusta de las personas que hablan conmigo sobre si echarles a volar o no, es que todos coinciden en lo que reza en la foto. Así que siento que cada vez estoy más cerca de saber cuál será finalmente su destino, quizá lo haga bien y sea lo correcto, quizá me equivoque y mi decisión no sea la que debiera ser. Ante todo estoy muy orgullosa de que antes de llegar al mundo hayan enamorado ya a tantos lectores. Estoy muy orgullosa de ellos. En breve seguro que sabré qué debo hacer, cuándo menos me lo espere la solución aparecerá y la tomaré consciente y segura de que será lo que realmente me hará feliz. 

jueves, 2 de marzo de 2017

Feliz "biniversario"

Hoy se cumplen dos años desde que empecé en esta aventura literaria. Hoy, mi primera historia cumple dos años. Hoy, hace setecientos treinta días que pasó a ser un poco vuestra. Mis queridos Alba y Esteban están de aniversario. Hace dos años y medio no entendía nada de manuscritos, de redes sociales, de eventos… Y me lancé, me lancé sin red y con pocas esperanzas. Pensaba que únicamente parte de mi familia (aquella más asidua a las nuevas tecnologías) se leería la historia y aquello acabaría en unos ratos de risas por tirarme a la piscina sin saber si había algo de agua, con la vergüenza soplándome en la nuca pues no sabían que había escrito un libro y con muchos miedos en general.


Y en el primer mes se posicionó en los primeros puestos de Amazon siendo una de las novelas más vendidas durante mucho tiempo. Aún a día de hoy no me creo que siga entre los más vendidos y que me sigáis mandando mensajes felicitándome y dándome la enhorabuena por ella. Aquello que hace dos años era una utopía con la que ni siquiera me atrevía a soñar. Poco a poco todo fue creciendo: la autora, los libros, las esperanzas, los miedos, los sueños… Y sin hacerlo aposta la serie de “Las Tres Marías” comenzó. El pasado mes de noviembre la segunda novela de la serie vio la luz,  pudimos conocer a Elena y todo lo que llevaba a sus espaldas. Sé que falta la historia de Oli, no os preocupéis porque en algún momento llegará.


Sin embargo, hoy es el día de ellos, de Alba y Esteban, los que fueron abriendo el camino a todos sus hermanos que han ido llegando detrás, poco a poco. Si hago repaso puedo afirmar sin lugar a dudas que han sido dos años en los que he aprendido mucho, he disfrutado con compañeras y lectoras, con eventos, con cada firma que me habéis pedido, y he crecido de la mano de Alba y su pijo arrogante.

Hoy, de nuevo, quiero felicitarles asegurándoles que muchas más historias formarán parte de la estantería junto a ellos. Estoy convencida que en un futuro novelas con diferentes temas (soy de esas personas que cree en que hay que arriesgar y salir de la zona de confort) aparecerán de una u otra forma. También soy muy consciente que a día de hoy ya no es la mejor historia que he escrito, que en su momento lo fue todo para mí, pero aun así me siento realmente orgullosa de ellos.



Y para acabar este cumpleaños os dejo una de mis partes favoritas de la novela:
«—¿Por qué has tardado tanto? —me pregunta aún con la voz ronca por el tubo que tenía en la garganta.
—¿Cómo dices?
—No sé si lo he soñado pero había una música hermosa, tú tocabas mi mano suavemente y me llamabas “mi amor”. ¿Por qué has tardado tanto?
Me quedo paralizada. ¿Cómo puede ser que haya escuchado y sentido todo mientras estaba en ese estado? No lo pienso más y me acerco a su boca para darle un tierno beso en los labios.
—Te quiero, mi pijo arrogante —le digo en susurro.
—Lo dicho. ¿Por qué has tardado tanto, Albita?»



sábado, 25 de febrero de 2017

Tres meses de Elena

Ayer Elena cumplió tres meses desde que salió a la venta. He estado reflexionando un poco sobre lo que ha pasado en este tiempo por lo que me he animado a dejarlo por aquí escrito. Su historia nació al poco de acabar con la de su amiga Alba, mi primera historia autopublicada. Y Elena fue creciendo, contando sus miedos, sintiéndose pequeñita, a veces grande, pero fue cambiando a medida que pasaba el tiempo. En todos esos meses que transcurrieron desde que comencé con ella, se cruzó Mateo haciendo que solo pudiera verlo a él con esos ojos azules y ese romanticismo del siglo pasado que no solo enloqueció a Clara. También apareció Elliot con esa mirada perdida y ese corazón roto que no solamente Sarah quiso recomponer. Incluso me involucré por completo en una historia new adult que espero pronto vea la luz. Y en todo ese espacio, Elena seguía a la espera, tomándose el café con las mejores vistas posibles en un ático de Nueva York.


Por fin la calma regresó y volví a la ciudad de los rascacielos a reconciliarme con ella, a reencontrarme con viejos conocidos como Alba y Oli, con el carácter paciente de Eric y cuando meses después di al botón de "enviar" por fin salía a la luz la historia que más tiempo ha rondado por mi cabeza. Pero ella supo perdonarme y su historia fue aún más especial, cociéndose a fuego lento, acompañándome mientras sus hermanos iban apareciendo. Y de nuevo volví a enamorarme de un personaje, de ella. Quizá sea porque es la que más se asemeja a mi carácter y en la que más he puesto parte de mí. 


 Sé que debería haberle dedicado más atención (soy mala madre literaria en ese sentido), aunque a pesar de ello la bienvenida al mundo para Elena y Eric fue estupenda. Sigo recibiendo mensajes llenos de cariño, hacéis posible que se mantenga en la lista de los más vendidos en romántica junto a la novela de Alba dos años después (ni soñando jamás pensé en algo así). Y aunque me duele en el alma esta vez no voy a poder hacéroslo llegar en papel como hice con Mateo. Perdonarme porque cada vez que me preguntáis si os lo puedo enviar dedicado se me parte un poco el corazón. Deseo algún día estar en algún evento o algún café donde pueda hacerlo y charlar de nuevo con todos vosotros que sin duda sois el regalo más grande para ellos, para Alba, Elena, Sarah, Mateo...

Así que resumiendo estos tres meses han sido parte de este sueño que estoy viviendo gracias al apoyo constate y diario de todos vosotros, que no me dejáis caer ni me permitís que deje de contaros esas historias que llenan mi mente. Gracias por hacer perfecto mi corazón, ¡feliz sábado!

martes, 14 de febrero de 2017

Primeros encuentros

Hoy que es un día señalado para esos amantes que siguen mirándose a los ojos y ven su propia alma reflejada en el otro he querido echar la vista atrás y recordar ese primer momento en el que él la ve a ella y algo se remueve por dentro, cuando a ella empieza a erizársele el vello de la piel al sentirle cerca, cuando la vergüenza es la protagonista o una pelea es el principio de todo. Ese momento es lo que se llama "el encuentro cuco" y me ha encantado recordar el de mis chicos. ¿Nos acompañáis en su primer encuentro?
 DESDE EL DÍA EN QUE TE VI (Alba y Esteban)

—Señora, por favor, decídase ya, que algunos tenemos prisa —oigo semejante frase llena de enfado a mi espalda y empiezo a notar que la vergüenza cubre mi rostro pero es que no sé qué coger. Lo ignoro.
 —Hmmm…. Pues la verdad es que me encuentro en una situación complicada —le digo a la dependienta entre risas, sin darme cuenta que a ella poco le importa eso.
 —Señora, por favor, hay mucha gente esperando. Si no lo tiene claro échese a un lado hasta decidirse —me dice la pobre mujer pero me niego a irme o sino cuando lo tenga claro tendré que volver a la cola infernal y entonces sí que voy a tener que quedarme a pasar la noche en la oficina. —No, no se preocupe que ya lo voy teniendo claro… hmm… a ver…
 —¡Señora, por favor, o se decide o pido yo! Y tras semejante grito no puedo más que darme la vuelta y enfrentarme a menudo energúmeno que me ha gritado en todo el oído dejándome medio sorda. Me giro rabiosa con la clara intención de cantarle las cuarenta a Don impaciente, pero lo que no me esperaba es lo que vi. Un hombre alto, yo diría que un 1,80, cabello castaño, alborotado. Sus ojos, negros como el azabache, me miran desafiante. Lleva barba de un par de días, un traje azul marino oscuro y una corbata naranja clarito que resalta la camisa azul cielo que lleva. A pesar de llevar el traje se vislumbra que tiene un cuerpo fuerte y atlético. Tiene pinta de ser pijo y encima arrogante, a juzgar por su mirada y comentarios. Me debo quedar bastante embobada porque de pronto el extraño amable chasquea sus dedos delante de mí llamando mi atención y vuelve a hablar con esa dulce voz.
 —Guapita, ¿te decides ya? Porque aquí estás montando una buena y yo no sé los demás, pero yo tengo muchísima prisa. ¿Qué te parece si te pago lo que quieras y te largas de una vez? ¿Guapita? Uy, uy, uy. Esto se está calentando por momentos. Este tío es un idiota redomado. Se pensará que por estar bueno puede decir y hacer lo que le dé la gana pero acaba de pinchar en hueso. 
—Mira, guapito —le digo con toda la rabia del mundo—, me vas bajando el tono y la mala leche o me voy a eternizar en hacer mi pedido. Todos tenemos prisa, pero te vas a esperar a que decida lo que quiero y aunque te agradezco tu gesto de pagarlo no necesito que un pijo como tú me pague nada. Así que paciencia y cállate la boca.



 EL JEQUE (Elizabeth y Khalid)


¿Pero qué pensaba hacer?
 Elizabeth se removía  pero era inútil, el hombre era muy fuerte. Intentaba hablar pero no le salían las palabras. ¿Qué le ocurría? Su mente no respondía pero su cuerpo se iba animando por momentos. El extraño notaba su inquietud y una vez que la tuvo atrapada bajo su cuerpo le susurró con voz sugerente y sensual:
—No luches Imra. En unos minutos, todo habrá acabado.
¿Imra? Esa era la palabra que aparecía en su sueño una y otra vez. ¿Pero qué demonios significaba eso? ¿Y por qué estaban en plena tormenta tumbados boca abajo en la arena? Era increíble que bajo aquella repentina tempestad arenosa, estuviera sintiendo cosas que no se explicaba. Pero aún le resultaba más increíble que ese hombre del desierto desprendiera ese aroma como a canela. De pronto se acomodó en esta extraña postura e hizo un suave ronroneo pues estaba la mar de a gusto. El desconocido reprimió una risita y tras lo que le parecieron horas enteras, llegó el momento de la separación. Se desprendió de su abrazo y soltó las mochilas. Avergonzada tras semejante momento se incorporó, al girarse se le paralizó el corazón y se bloqueó. Ya no recordaba adónde iba ni qué tenía prisa. Estaba perdida en sus ojos. Profundos ojos marrones. Era lo único que dejaba a la vista tras esa túnica blanca que brillaba aún más debido a la exposición del sol. Ni siquiera era capaz de hablar. ¿Pero qué le pasaba?
—Debería tener más cuidado señorita. Sospecho que no conoce el desierto y las tormentas de  arena son traicioneras. En cualquier momento pueden aparecen —se dirigió a ella tras haberse desprendido del pañuelo que le cubría la nariz y la boca. Una boca sensual y traviesa que se le antojaba más que apetecible y esa voz, con un acento tan característico de la zona, que le ponía el vello de punta.
—Pero por lo que he podido comprobar, tal cual vienen se van, —se le escapó de la boca antes de pararse a pensar. «¡Piensa Eli por Dios!» Parece que le hizo gracia y hasta sonrió.
—Nunca tiente a su suerte. Esta vez he estado yo para protegerla ¿pero qué ocurrirá la próxima vez que yo no esté para salvarla?—le dijo con cierto tono de sarcasmo.
—No soy ninguna damisela en apuros del siglo XVIII. No necesito que nadie me proteja ni me salve de nada. Yo solita me basto y me sobro—en ese momento recogió sus cosas y se dio la vuelta bastante enfadada. ¿Quién se había creído ese hombre que era? ¿Bella Swan a punto de ser devorada por un vampiro?
—¿Esa es su forma de dar las gracias?—le preguntó consiguiendo que se quedase clavada en el sitio. Se giró y vio que se acercaba lentamente hacia ella. De nuevo sus sentidos se embotaron y no podía hablar.
—Gra… gra… Gracias, señor del desierto—recomponiéndose al echar un par de pasos hacia tras recobró la sensatez y su sexto sentido le decía que empezara a echar a correr. No sabía bien porqué pero aquel hombre le parecía más peligroso que cualquier morador de tribu que habitara por esos lugares.
—De nada señorita de ciudad, pues se me antoja que no es de por aquí cerca. ¿Me equivoco?—le preguntó mientras volvía a recoger las mochilas para seguir su ruta. ¿Pero por qué le seguía hablando si ya había pasado la tormenta y le había dado las gracias?

—No se confunde en absoluto. Efectivamente no soy de aquí. Ya he perdido mucho tiempo debido a esta estúpida tormenta, así que si me disculpa debo proseguir mi trayecto inmediatamente. Gracias de nuevo, que Alá le proteja o lo que sea—le contestó haciendo un gesto con la mano y acto seguido se dio la vuelta, pues si permanecía frente a él, se quedaría anclada en esas arenas y no sería capaz de continuar con su objetivo.



  MI CORAZÓN TE PERTENECE (Clara y Mateo)


Para mi suerte o desgracia –aún no soy capaz de decidirlo– él se baja del coche y se dirige hacia mí. Oculto tras unas gafas de sol, ante mí se para con su aspecto de modelazo, con su camiseta de manga corta blanca que le marca los bíceps de manera espectacular, sus vaqueros desgastados que le quedan de muerte y unas deportivas blancas. Se agacha a mi lado y creo que me voy a quedar ciega de tanta belleza cuando se quita las gafas de sol ¡menudos ojazos azules que se gasta el tío! Todavía con el vestido por la cintura y a cuatro patas, me lo quedo mirando embobada. Una lástima, porque no creo que tenga más de veinte años. Por fin puedo actuar, y con toda la vergüenza del mundo, me bajo el vestido y comienzo a recoger mis cosas del suelo como si me hubieran metido un cohete por el culo.
—¿Estás bien? —Me pregunta el Adonis mientras me ayuda a meter las cosas en el bolso.
Yo solo soy capaz de asentir con la cabeza y darme toda la prisa del mundo. Ahora entiendo eso de “Tierra trágame”. Cuando tengo todo en el bolso vuelvo a mirar al coche, donde la chica que va de copiloto me mira con cara de pocos amigos, porque ver al chulazo de su novio ayudando a una loca semidesnuda no creo que sea agradable de ver. Entonces siento el contacto del Adonis levantándome con sus fornidos brazos y un escalofrío me recorre entera, ¿qué está pasando?

Paseo la mirada del coche a los ojos azules del buenorro y siento que no puedo apartar la mirada de él. Varias personas comienzan a arremolinarse a nuestro alrededor y es cuando aprovecho para escapar de esa situación extraña. Sin decir una sola palabra me suelto y salgo corriendo, rezando para no darme otro tortazo como el que me acabo de dar. Por suerte el piñazo ha sido a apenas unos metros de la oficina, así que llego antes de lo esperado y con un dolor de rodillas tremendo, aunque la vergüenza que he pasado creo que es peor.





AMANECER EN ÁFRICA (Sarah y Elliot)

 Tras media hora de viaje, llegó al aeropuerto. Sarah veía cómo salían por la puerta principal decenas de personas pero ninguna se fijaba en su cartel donde aparecía el nombre del doctor Elliot Savannah. La gente siguió pasando y Sarah estaba empezando a impacientarse así que comenzó a decir su nombre en voz alta, casi chillando por lo que los pasajeros y demás gente la miraban horrorizados e incluso hacían comentarios sobre aquel comportamiento pero ella tenía muchísimas cosas que hacer y no podía perder el tiempo.

 — ¿¡Doctor Savannah?! ¿¡Doctor Savannah?! —Gritaba mirando a la gente que seguramente estarían pensando que era una loca, tenía tantas tareas pendientes en el hospital que estaba impaciente por recoger al nuevo doctor y marcharse a la misión de nuevo.
 —Creo que ese soy yo—respondió una voz profunda a su espalda, Sarah se dio la vuelta y vio al nuevo doctor. Un hombre alto, de pelo corto, barba incipiente, profundos ojos azules y cuerpo bien definido. Sintió un escalofrío al mirarlo a los ojos y un impacto directo a su corazón. ¿Eso era lo que se sentía al recibir un flechazo? Ella nunca antes había sentido semejante sensación, no era capaz de articular palabra. Aquel hombre que tenía enfrente tan sencillamente vestido con una camiseta de manga corta blanca que marcaba claramente los músculos de sus brazos, unos vaqueros azules desgastados y unas deportivas blancas, la miraba fijamente—. ¿Es usted de la misión?
 —Sí, claro. Soy la doctora Collins—le respondió Sarah tras tragar saliva haciendo acopio de fuerza pues estaba petrificada, le guió hasta el coche donde el doctor dejó su maleta y se sentó junto a ella en el asiento del copiloto. Sarah inhaló antes de entrar pues apenas habían pasado un par de minutos y ya le costaba actuar de forma tranquila. Dentro del coche fue aún peor pues aquel hombre desprendía un olor que la hacía removerse inquieta y su estómago no dejaba de darle saltos. Se concentró en la carretera y en la música que salía por la radio pero no sabía qué decir, finalmente el doctor empezó una conversación.
 — ¿Está muy lejos la misión? —Quiso saber el joven hombre.
 —No, apenas se tarda unos treinta minutos—consiguió decirle ella sin apartar la vista del trazado sinuoso de la carretera.
 —Perfecto. Estoy deseando comenzar a trabajar allí—le dijo el hombre mirando por la ventanilla, ella lo miró de reojo y vio que estaba ensimismado en las vistas al igual que le ocurrió a ella el día que llegó allí—. ¿Cuánto tiempo lleva usted aquí?
 —Cuatro meses— le dijo Sarah sin apartar la vista de la carretera.
 —Si no le importa preferiría que nos tuteáramos ya que vamos a trabajar juntos—pidió el nuevo médico a la joven doctora que era incapaz de enfocar su mirada en esos preciosos ojos.
 —Por mi perfecto—contestó muy escuetamente.
 Pasados diez largos minutos donde apenas charlaron sobre el asfixiante calor que hacía, comentaron la vegetación que se encontraban a su paso y hablaron del largo viaje hasta llegar a África. Sarah nunca había deseado tanto llegar a algún lugar como en aquella ocasión, en el coche se estaba ahogando y no precisamente por la temperatura que rozaba los cuarenta y tres grados centígrados a lo que se iba acostumbrando.  Ese hombre había provocado una gran impresión en ella y necesitaba estar lejos de él, al menos durante un rato. 

   NO SÉ POR QUÉ TE QUIERO (Elena y Eric)

—Vaya, vaya. No sabía que ahora el despacho de mi asistente era tu nuevo estudio, querido Lucas. —Me paralizo, porque ahora sí que me es conocida esa voz. ¡No puede ser! A pesar de haber cruzado pocas palabras con él en España, reconozco la voz de Eric. ¡Dios!, ¡qué mala pata la mía! Ahora que trabajo para él, me ha encontrado haciendo esta tontería, así que ya me puedo ir despidiendo de comenzar con buen pie. Congelada como estoy, soy incapaz de girarme para mirarlo hasta que la voz de Lucas me saca de mi estado. 
—Ya me conoces, Eric. Cualquier lugar es bueno para tomar unas fotografías y más cuando un tesoro como este me inspira. —Reparo en que le contesta de forma bastante amigable. Ahora hemos pasado de ángel a tesoro, como si el fotógrafo fuera Gollum y yo fuera el anillo codiciado. 
—Una pena que pienses así. Me gustaría comenzar a trabajar y necesito a tu «tesoro» para ello, así que, si eres tan amable, vuelve a tu estudio con tus modelos y déjanos sacar adelante esta revista.  
¿Su tesoro? No, no, no. Yo soy una profesional y esto no es lo que parece, me gustaría decir, pero creo que va a ser inútil. Bastante avergonzada, me vuelvo y, por primera vez desde que estoy en Nueva York, oteo al amigo de Esteban. Ya casi no lo recordaba. Lleva un traje negro, camisa blanca y corbata negra a juego. Su pelo oscuro, peinado hacia atrás, es impecable. Él parece perfecto. Ojos negros, y barba incipiente. Atlético, eso está claro, aunque con el traje lo disimula bastante. En España recuerdo que sonreía más… Claro que después de la estampa que se ha encontrado en su oficina, el primer día de trabajo de su nueva asistente, no me extraña que tenga esa cara de rancio.  
—Señor Reynolds, yo siento esto… pero el señor Hamilton me dijo lo de las fotos para las fichas de los empleados nuevos y… bueno… como usted no llegaba… —¡Dios! Pero ¿se puede divagar más? Tierra trágame, es lo único que viene a mi mente. 



lunes, 6 de febrero de 2017

Reflexiones


Hace unos días compartía esta entrada en una red social y muchos fueron los comentarios con los que me encontré. Gracias a todos por vuestra opinión, dejo aquí la entrada a forma de reflexión que debemos hacer de vez en cuando.

A veces merece la pena, hay momentos como el que he vivido hoy con una lectora que me ha hecho pensar. "Tú eres Scarlett y eso no significa que porque no estés en aquella editorial o porque seas autopublicada seas menos que los autores de las grandes editoriales. Si tu novela llega al lector, le da lo mismo la forma en que la publiques. Puedes ser TODO para él de igual forma".
Y es que a veces nos hacen sentir que somos menos por no estar en determinada editorial. Es una lástima que aún haya gente que ni siquiera se moleste en leer a escritores autopublicados o incluso los desprecien, porque como siempre digo, se pierden historias fascinantes.

Hay que apostar por la literatura calidad, sin importar de donde venga. Y a veces viene de gente que precisamente se autoedita, con todo lo que ello conlleva, y esos también son los que nos hacen soñar y nos transportan a lugares mágicos. Yo, personalmente, estoy muy orgullosa de ser híbrida, aunque abogo mucho por la autoedición, porque a veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Pensemos que existen más autores, más formas de publicar una historia, y abramos un poco más la mente. Ayudemos al autopublicado que también es capaz de aportar calidad a este mundo literario.


                                                                   SCARLETT BUTLER


PROYECTO FINALIZADO

 El fin de semanada pasado puse punto final a la novela número quince. Parece mentira que ya pueda decir ese número pero ahí está.  Sueño co...